¿Es cierto que “lo que posees acabará por poseerte”? ¿Qué se puede hacer para cambiar los roles de la «sociedad de la abundancia»? ¿Para qué y cómo cambiar el mundo? ¿Tiene sentido?
Por @ElJesusurro
Die fetten Jahre sind vorbei, en español conocida como Los edukadores (2004), es una película alemana dirigida por el austríaco Hans Weingartner. Toda una obra del séptimo arte.
Una película recomendada para todos aquellos que teóricamente cambian el mundo en media hora, solucionan los mayores problemas de la humanidad e idealizan un planeta en armonía. Una película para los utópicos. También para aquellos que no consideran el hecho de que “nadie es lo suficientemente rico que no necesite nada, ni lo suficientemente pobre que no tenga nada”.
Los edukadores se resisten a la cultura consumista que desplaza la cultura de la realización espiritual. El tener, en posición privilegiada respecto a trascender y ser. Puede que tengan razón, puede que no. De hecho, la resistencia siempre ha sido una característica de los cambios que se han gestado a lo largo de la historia, para así, finalmente generar una revolución, una transformación.
Ellos, los que dicen educar, se preocupan porque la gente no se afane tanto por llegar a adueñarse de la mayor cantidad de bienes posibles. Los edukadores, sin duda alguna, son unos filántropos sin nada de capital, pero con todo el positivismo y el entusiasmo de humanizar a los egoístas de la sociedad de la abundancia, los bien llamados «señores burgueses capitalistas».
Desde el entorno más próximo, cualquier persona que busque equiparar las cargas desiguales y abismales que existen en la sociedad de la abundancia, debe indagar primero que todo en qué invierte su dinero. Al pensar en qué se invierte, así mismo se debe cuestionar la procedencia del mismo. Muchos se han enriquecido a costa de la desgracia ajena. La insensibilidad y la indiferencia de algunos han generado que todo sea propiedad de pocos pero anhelo de muchos.
La sociedad de la abundancia es el contraste de la muchedumbre del hambre; el confort de unos cuantos obtenido a costillas de muchos.
La cinta encaja perfectamente en la definición del cine como arte. Primero por la narrativa y la construcción audiovisual que posteriormente detiene al espectador para reflexionar un poco sobre sus principios y paradigmas. Y segundo, porque todos los elementos de la película apuntan detenidamente a la contemplación del argumento central: a ese que sugiere que en la construcción de una sociedad debe primar -fundamentalmente- la cultura.
Sinopsis
«Jan (Daniel Brühl), Peter (Stipe Erceg) y Jule (Julia Jentsch) están disfrutando de su rebelde juventud. Les une su pasión por cambiar el estado del mundo. Se convierten en «The edukators», cuyas acciones no violentas tratan de avisar a los ricos locales de que sus días de abundancia están contados. Las complicaciones aparecen cuando Jule se enamora de ambos jóvenes. Además, una de sus operaciones se complica, y lo que se convierte en un rapto no intencionado acaba por ponerlos cara a cara con la ley», Filmaffinity.
Trailer
https://www.youtube.com/watch?v=5jXFYyruByQ
Película completa:
https://www.youtube.com/watch?v=Yx3NLCv2Q44